Ayer, mientras iba en el metro (línea 6 dirección Legazpi), un chico se sentó enfrente y a los pocos minutos de hacerlo, sacó una especie de cuaderno o agenda y un boli de color (creo que era negro, pero no estoy muy segura) y empezó a dibujar. Trazos por aquí, trazos por allá, y entre trazo y trazo levantaba la cabeza para mirarme. Y me di cuenta de que me estaba dibujando a mí. Es curioso, porque iba de lo más normal, vamos, que iba a entrenar. Sí, llevaba el pelo suelto y vaqueros, pero nada del otro mundo... Inconscientemente dejé la pose que tenía, cabeza apoyada en la mano izquierda y mirando el cartel de las líneas 6,11,7 y 9, y me pareció curioso, porque en ese momento sentí lo que siente la gente cuando yo saco mi lápiz y mi cuaderno en el metro. Fue una bonita sensación :)
(Y la verdad, me quedé con las ganas de pedirle que me enseñara el dibujo...pero llegué muy rápido a mi parada)
Qué alegría saber que se admira la BELLEZA.
ResponderEliminarPor cierto, se aproximan fechas importantes, ¿verdad? Tendremos que ir a un lugarcito muy mágico...
Muakkkkkkkks