Sonría, por favor :)

Sonrisa: dícese de la distancia más corta entre dos personas.
SONRÍA, POR FAVOR :)



8 de septiembre de 2012

Acabas de salir del portal.

Echo de menos la tranquilidad en casa. Aportar un poco de cordura y, por qué no, un poco de tu locura. Echo de menos las risas de taradas que sólo entendíamos nosotras pero que contagiábamos a los demás.
Echo de menos que alguien tenga sangre en las venas. Pero sangre de la buena, de la de saltar, cantar, sonreír, no de la que te hace subir la voz para hacer saber que estás por encima del resto, pobres gusanos.
Echo de menos nuestras alianzas para reírnos de estos dos. Sí, les picábamos y les vacilábamos, pero todo era sano. No como ahora, que están a la defensiva, como perros con colmillos recién afilados.

Pero, sobre todo, lo que echo de menos es que alguien me note. Que note que estoy en casa, que me comprenda, que entienda lo que quiero hacer y el por qué tengo que ocupar tanto sitio. Que no le moleste si un día estoy llorando, si no que venga y me intente calmar. Que se de cuenta que voy creciendo, como todos, y que se interese por mis inquietudes, y se alegre por mis logros y que me anime en mis fracasos (aunque llamarlo así suena fatal). Que sepa darme consejo desde la experiencia y la humildad, no como si le estuviera debiendo la vida. Que me cuide como hermana pequeña que soy, pero no por ello como la menos importante.

Una vez me mandaste un mensaje que ponía: ''Acabas de salir del portal, a que sí? Huele bien :)''

Eso es.

Echo de menos ser dos. Te echo de menos a ti.

1 comentario:

  1. Por ahí se dice que lo que no mata te hace fuerte y creo que es verdad y, además, creo también que te hace ir definiendo con más claridad tu propio camino, lo que quieres y lo que no quieres, tu propia forma de moverte por el mundo, las maneras que quieres tomar prestadas o hacerlas tuyas, y las que no quieres ni tocar de refilón no vaya ser que se pegue como una enfermedad contagiosa. Porque no hay enfermedad más contagiosa que el acomodamiento y la estupidez. Y la única vacuna posible contra eso es el pensamiento, la reflexión y la empatía. Y tú lo tienes:)

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